- Estirar la masa hasta un grosor de 3,5 mm.
- Cortar las roscas con molde.
- Pintar con huevo.
- Reposar las piezas una hora.
- Cocer a 190º C.
- Bañar las piezas en yema fina dejar secar.
- Bañar nuevamente con glasa muerta, (preparada con 500 g de azúcar lustre y 100 g de agua.
- Dejar secar o colocar al calor a 80º C.